Tu psicóloga centrada en ti.

Si bien los motivos para ir a terapia son personales, y los objetivos variados, hay algunas situaciones en las que es recomendable evaluar la idoneidad de ir a terapia. Si experimentas sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, o enfrentas dificultades para manejar el estrés diario, la terapia puede ser beneficiosa. Otros indicadores incluyen problemas en las relaciones, disminución del rendimiento laboral o escolar, o simplemente el deseo de entenderse mejor a uno mismo y crecer personalmente.

La Psicología Humanista es un enfoque que pone énfasis en la capacidad individual de autodesarrollo y crecimiento personal. Surgió como una respuesta a las teorías psicológicas más tradicionales que se centraban en estímulos-respuesta o en el psicoanálisis, teorías que la psicología humanista considera parciales e incompletas, y que no conducen a la autoaceptación. Este enfoque valora la experiencia subjetiva del individuo y su capacidad de tomar decisiones libres y personales que influyen en su propio desarrollo. La Psicología Humanista considera que cada persona posee un potencial inherente para alcanzar una comprensión y aceptación de sí mismos, lo que conduce a un sentido más fuerte de autorrealización.

La Terapia Gestalt es un enfoque terapéutico que enfatiza el entendimiento del contexto presente del individuo, más que de eventos pasados. Se concentra en cómo las personas interactúan con su entorno y cómo gestionan sus percepciones, emociones y acciones dentro de ese contexto actual. La Terapia Gestalt utiliza técnicas que ayudan a los individuos a ser conscientes de sus pensamientos, sentimientos y acciones en el “aquí y ahora”, facilitando la integración de diferentes aspectos de su personalidad para mejorar el bienestar y la autocomprensión.

La Terapia Centrada en la Persona, es un enfoque terapéutico que centra en el paciente su propio proceso de cambio. Este enfoque sostiene que cada individuo tiene la capacidad intrínseca para desarrollarse de manera positiva, siempre que se encuentre en un ambiente que le brinde aceptación y empatía. La terapia se enfoca en crear un entorno de apoyo que permita al paciente explorar y comprender sus sentimientos y valores sin temor al juicio, fomentando así un mayor autoconocimiento y autoaceptación.

El Mindfulness está orientado a poner la atención en el momento presente, para ayudar a reducir el estrés, mejorar la concentración y fomentar una mayor aceptación de uno mismo y de los demás. Ser consciente de los pensamientos, emociones y sensaciones físicas del ahora, sin juicio.

El objetivo de la Autocompasión es tratarse a uno mismo con la misma amabilidad y comprensión, que ofreceríamos a un buen amigo o familiar en situaciones difíciles. Esta habilidad se cultiva a través de prácticas que reconocen el sufrimiento propio, conectan nuestra experiencia con la de los demás, y ofrecen amabilidad y cuidado hacia uno mismo en lugar de crítica. Juntos, Mindfulness y Autocompasión forman una poderosa herramienta para manejar emociones y fomentar el bienestar emocional.

La primera sesión es principalmente una oportunidad para que tú y la psicóloga os conozcáis. Hablaréis de tus necesidades, antecedentes, y objetivos para la terapia. También es un espacio para que plantees cualquier pregunta que tengas sobre el proceso terapéutico. Este encuentro inicial ayudará a establecer las bases para las futuras sesiones.

La duración de la terapia varía significativamente según la persona, sus objetivos y la naturaleza de los problemas a tratar. Algunas personas encuentran beneficios en terapias breves de algunas semanas, otros pacientes requieren que la terapia se extienda durante varios meses, mientras que otras personas pueden participar en terapia durante varios años para trabajar en problemas más profundos o de largo plazo.

La confidencialidad es un pilar fundamental de la terapia. Lo que compartes con tu terapeuta se mantiene privado, con algunas excepciones legales como el riesgo de daño a uno mismo o a otros. Esta privacidad es crucial para crear un ambiente seguro donde puedas explorar tus pensamientos y sentimientos abiertamente.

Prepararte para la terapia implica estar abierto y dispuesto a explorar tus pensamientos y emociones. Puede ser útil reflexionar sobre lo que esperas lograr con la terapia y tener en mente cualquier pregunta específica que desees abordar.