Mediados de junio, el sol resplandece, amanece pronto y atardece tarde, terrazas y parques a rebosar, tirantes, camisetas cortas y faldas, todo indicativo de que el verano está a la vuelta de la esquina.
La palabra verano, siempre asociada a vacaciones, risas, sol, piscina y playa, familia y amigos, pero también asociada a la “operación bikini”, y a ese tan anhelado “beach body”, o cuerpo de verano, ese cuerpo que se trabaja durante el invierno para poder enseñarlo en verano, porque claro, menuda vergüenza sería que te salgan dos lorzas al sentarte a comer un bocadillo en la playa.
Y sí, es importante hacer ejercicio de manera regular, mover el esqueleto, comer fruta y verdura, y llevar una dieta saludable y equilibrada. Infinidad de estudios han demostrado que un estilo de vida sedentario, el consumo de alimentos ultraprocesados de manera regular, y el alcohol y el tabaco, contribuyen al deterioro general la salud. Sin embargo, ningún estudio ha demostrado que tener un cuerpo digno de pasarela de Victoria Secret Angel sea más saludable que un cuerpo con un peso normal al que le salgan, dos, tres, o cuatro lorzas al sentarse.
El tema de aceptar todo tipo de cuerpos es cada vez más recurrente, aunque también lo son la infinidad de posts en redes de cuerpos “perfectos”. Y “perfectos” entre comillas, porque todo cuerpo es perfecto, porque hay 8 mil millones de cuerpos perfectos, uno por cada persona que hay en el mundo, y es que tal vez sea el momento de dejar atrás la operación bikini, y empezar la operación quererse. Quererse a uno mismo, tanto por fuera como por dentro.
Y es por ello, que a todos aquellos que estéis preocupados por vuestras lorzas, avergonzados de vuestros cuerpos, estas semanas antes de que llegue el verano, en vez de daros infinidad de tips para alcanzar un “beach body”, os invitamos a quereros, a olvidaros de sacar un culo “Kardashian”, o un bíceps como el de “La Roca”, y a disfrutar de este verano, para que esta palabra se asocié solo a vacaciones, risas, sol, piscina y playa, familia y amigos. Que empiece la operación quererse.